lunes, 13 de octubre de 2008

Petroglifos
en
Las Calderas


Jorge Vaquero Andaluz









Los antiguos nos dejaron señales
en el tiempo y en el espacio,
con el paso de los años lo hemos llamado:
“Arte rupestre”.








































Petroglifos

Se denominan petroglifos a los grabados realizados sobre rocas de diferentes morfologías y tamaño. También reciben el nombre de insculturas.
A través de su estudio se puede constatar el desarrollo evolutivo de los pueblos que los realizaron.
Los petroglifos son inscripciones en las rocas con un carácter narrativo su análisis y comprensión nos permite elaborar hipótesis y sintetizar sobre como se desarrolló la vida cotidiana, la agricultura, la economía, la caza, la guerra, es decir la subsistencia.
También nos ofrece una visión sobre los aspectos interiores de la persona, sobre la manera de comportarse, sobre la tribu y sobre los rituales, pero incluso nos permiten ver una evolución de esas gentes del pasado en los cambios que realizan en la tipología de los motivos y en la manera y forma de colocarlos, estos hombres del pasado van evolucionando a lo largo del tiempo, se desarrollan nuevos instrumentos, se avanza tecnológicamente y los ritos y la manera de plasmarlos también evolucionan.
Ayudados por estas informaciones que nos proporcionan los petroglifos podemos reconstruir parte de los útiles que idearon y representaron así como el sustrato cultural de las civilizaciones pasadas que los llevaron a cabo, pero también somos capaces de comprender en parte estas manifestaciones artísticas que nos acercan a los sentimientos religiosos, a las demostraciones rituales, al simbolismo, a las creencias y a los conceptos que en forma de imágenes pueden ser capaces de expresar y que están llenos de contenidos ideológicos que en mayor o menor medida serian entendidos por unas elites y por un cuerpo de brujos, chamanes o sabios que permitían un contacto con las fuerzas telúricas, con los espíritus y con la s fuerzas de la naturaleza, sus plantas, sus animales, los cambios estaciónales, el día, la noche, la vida, la muerte …
Los grabados nos muestran un conjunto mágico y religioso, las rocas pasan a ser santuarios o lugares donde se acudía temporalmente a expresar los ritos de la comunidad, siendo otra de las manifestaciones que nos permiten acercarnos a la realidad socio cultural de los pueblos que realizaron estas inscripciones en la roca, pero también marcan con su presencia el territorio y lo que es más importante, nos permite conocer el comportamiento, la cultura material e ideológica de los grupos prehistóricos.
Estas insculturas se suelen ubicar a media ladera de las montañas y por lo general al lado de zonas de tránsito, caminos, pasos o veredas o junto a cursos de agua, arroyos, gargantas o riachuelos.
Las representaciones se realizan sobre superficies planas, a veces ligeramente inclinadas, y no preparadas intencionadamente, sino que existe un aprovechamiento de las condiciones naturales, por lo general ha existido un estudio previo del lugar e incluso de su situación y orientación, antes de realizar los petroglifos.
Esos lugares se identifican con alguna característica especial del terreno que les hace únicos, pero también otros aspectos más exotéricos y cercanos a los condicionantes extrasomáticos de adaptación al ecosistema entran en liza para ubicarse en uno u otro lugar.
Los motivos representados son muy abundantes y diferentes, siguiendo topologías que van variando a lo largo del tiempo y de los lugares y van desde modelos esquemáticos a verdaderas representaciones fidedignas de la realidad, cazoletas, círculos, líneas, armas, flechas, ídolos, zonas sexuales del hombre o de la mujer, etc…, encontrándose por lo general asociados entre ellos en mayor o menor medida, con mayor o menor acierto pero siempre al aire libre en soporte pétreo y con técnicas de realización similares.
Para la ejecución de estos motivos se utiliza una técnica de incisión, surcos realizados en la roca con un instrumento más duro que ella y que por frotación del mismo sobre la superficie de la roca, contonean la figura hasta darle la forma deseada.
Existen dos tipos de surcos según el instrumental utilizado o la finalidad del petroglifo. Uno tendría una sección trasversal en forma de U muy abierto con unos bordes desgastados y con una cierta suavidad al tacto, con una anchura el doble de la profundidad que se habría realizado en una paciente labor de frotamiento continuo de la superficie, o bien en dos fases sucesivas, la primera marcando el dibujo mediante un ligero piqueteado y la segunda uniendo, dando forma y puliendo ese piqueteado. El otro tipo sería más anguloso, con una sección trasversal en V con bordes más rugosos y paredes rectas y ásperas al tacto donde la profundidad de los surcos es mayor a la anchura.
Estas señales del pasado representadas en rocas de morfologías diversas y con tipologías muy dispares se pueden situar en un momento histórico que comienza con los fenómenos megalíticos de finales del Neolítico, continua en el Calcolítico con sus Campos de Urnas y su cultura Campaniforme para continuar en el Bronce, en el Hierro y en los primeros momentos de la romanización, aunque algunas manifestaciones inscritas en rocas se van a producir a lo largo de la Edad Media, de la Edad Moderna e incluso de los tiempos contemporáneos cuando por medio de cruces, figuras o letras se delimiten cotos, sierras, términos municipales o simplemente fincas o se marquen lugares por distintas y diferentes razones, pero estas manifestaciones poseen otra simbología, muy alejada de aquella que se realizo en los primeros momentos de la domesticación de la Naturaleza.




































Los Petroglifos de Las Calderas


Presentación
Con estos apuntes sobre los Petroglifos de Las Calderas y se intentara ofrecer una nueva visión sobre la prehistoria en el Término Municipal de la Carrera, se intenta ofrecer a todos aquellos que estén interesados en el conocimiento de esos periodos de la vida humana una rápida visión de los mismos.
Se toma como base científica los hallazgos acaecidos a lo largo del tiempo y los conocimientos que la escasa bibliografía sobre la zona nos aporta. Estos aspectos unidos al divulgativo, pretenden formar un “corpus” temático, singular y único, en el cual la postura más significativa será la valoración del espacio que denominamos La Carrera dentro de un contexto prehistórico apoyado por el descubrimiento de unos grabados que vienen a dar mayor valor a los antiguos hallazgos de hachas pulimentadas, de Castros Célticos y de molinos de mano romanizados que ya nos habían hablado de un poblamiento de esta zona desde el Neolítico hasta los primeros momentos de la Historia escrita.






























Introducción

No todas las figuras grabadas sobre las rocas al aire libre tienen que ser petroglifos, ni se tienen que corresponder con una cronología prehistórica exacta aunque la técnica y la temática así lo avalen, pero la falta de estudios científicos concretos y la dificultad de establecer un momento histórico aproximado por no tener otros yacimientos o por no haber realizado otras pruebas como el Carbono 14 u otras mediciones nos pueden llevar a establecer otras cronologías de realización distintas a las que suponemos o desearíamos.
No obstante a lo largo del presente estudio iremos dando algunas claves que nos acerquen a un momento histórico cercano a la transición del Bronce al Hierro, para esta zona estaríamos hablando de unas fechas comprendidas entre finales del segundo milenio y principios del primero antes de Cristo, una etapa que va desde los últimos enterramientos en conjuntos megalíticos a las nuevas concepciones simbólicas, rituales y de enterramiento de la Edad del Hierro.
Es en estos momentos de cambio cuando los complejos rupestres tendrán una mayor vigencia y fortaleza ubicándose en el paisaje siguiendo unos patrones similares en distintas regiones, sobre todo en la fachada Atlántica de la península Ibérica, eligiendo como soporte de los mismos agrupaciones rocosas con una temática por un lado naturalista y por otro simbólica y abstracta, pero con una técnica similar que nos ofrece puntos de contacto con otros focos de la Península Ibérica e incluso con focos de europeos o norteafricanos.

Localización

Estas inscripciones están situadas en el paraje denominado Las Calderas dentro del Término municipal de La Carrera en la provincia de Ávila, y concretamente en la zona sureste del prado de La Garganta junto a La Garganta del Endrinal.
Se puede llegar por dos caminos, desde el pueblo de Navalmoro tomando el camino de los Casarones hasta su confluencia con la calle de Solana siguiendo ésta hasta el cruce con el camino El Blanco y desde aquí por La Peña el Gusano a La Era el Calvo y a la calle de Los praos Molino en dirección a Las Huertas de Juan Antonio, o por el nuevo camino al pantano de Las Aguileras o Presa de Santa Lucia en su confluencia con el camino hacia los praos de La Molinera y Las Huertas de Juan Antonio.

El complejo rupestre se sitúa en la parte inferior izquierda del prado en un conjunto granítico que aflora de la superficie siendo las primeras rocas que dan paso al lecho erosionado de la Garganta, los grabados se sitúan mirando a poniente en dos planos semienfrentados donde la formación rocosa presenta una superficie menos esférica a un metro aproximado del suelo.
Ya en épocas históricas más cercanas en el tiempo se instaló en las cercanías un molino hidráulico que aprovechaba la fuerza del agua para moler el cereal. La desaparición de este complejo se pierde en la memoria, pero entre la maleza continúan las trazas de la planta y también la piedra de apoyo del eje del rodezno y de las piedras de moler, justo encima del cárcavo del molino.






Características de la roca

La roca donde se realiza el complejo rupestre es granito, una roca ígnea plutónica con formación y textura cristalina visible. Se compone de feldespato, cuarzo, con una cantidad pequeña de mica (biotita o moscovita) y de algunos otros minerales accesorios como circón, apatito o magnetita.

El granito suele ser blanquecino o gris y con motas debidas a los cristales más oscuros. El granito se forma a partir de magma enfriado de forma muy lenta a profundidades grandes bajo la superficie terrestre, lo que posibilita la cristalización de los minerales. El granito, junto a otras rocas cristalinas, constituye la base de las masas continentales y es la roca intrusiva más común entre las expuestas en la superficie terrestre.
El petroglifo se halla representado sobre unas superficies lisas aunque ligeramente inclinadas de la parte inferior de una gran roca granítica que aflora formando una elevación con respecto al terreno que lo circunscribe. El lugar donde se inserta el grabado no se diferencia del resto de la roca ni por estructura ni por composición aunque en la actualidad existen ligeras alteraciones del color fruto de acciones de limpieza que han alterado en parte la composición del granito.

Técnicas de grabado y disposición espacial

Estas insculturas en la roca están realizadas con una técnica de incisión de similar factura en todas las representaciones presentando un típico y característico perfil en U.
Todo el petroglifo se encuentra realizado con similar factura en cada uno de los motivos y será la alteración de los agentes atmosféricos y posteriormente el asentamiento sobre ellos de líquenes y musgos los que permitan comprobar una mayor o menor sección de profundidad. En la actualidad las labores de limpieza de la roca han conseguido alterar en parte la misma y producir un desgaste que está alterando la calidad del petroglifo.
La roca elegida para la realización de estos símbolos no destaca en el paisaje, de lo que se desprende que estas representaciones fueron concebidas para ser vistas a corta distancia, por el contrario, desde esta roca se ejerce un claro dominio visual del entorno, siendo esa una característica que debe depender más de lo acertado de su ubicación que de una mera casualidad.
La disposición de las figuras se ha realizado en dos paneles de la roca a una distancia del suelo de un metro aproximadamente y lo más probable es que exista una intencionalidad en su colocación y que toda la composición sea sincrónica y no realizada en varias veces.
El emplazamiento se ha realizado a media ladera y como ya hemos apuntado anteriormente se encuentra cercano a un curso de agua y en un lugar significativo y de fácil ubicación y recuerdo.


Descripción de las figuras

En la roca podemos apreciar tres conjuntos de grabados, dos situados a la derecha y uno situado a la izquierda:
El primer conjunto situado en la zona inferior izquierda de la roca está formado por dos motivos inscritos a la misma altura en el plano:
El situado a la izquierda es una figura escaleriforme con ocho peldaños de similares dimensiones y distribuidos de forma regular adaptándose a la morfología de la superficie rocosa.
El colocado a la derecha es un circulo atravesado en la parte alta por una línea recta que es cortada en su tercio superior por otra línea recta formando una cruz.






El segundo conjunto de la izquierda se sitúa por encima de estos motivos y está compuesto de dos figuras inscritas una encima de la otra:
El que se encuentra ubicado en la parte de abajo es una línea recta coronada por un semicírculo que llega a tocar y es la base del siguiente petroglifo.
El emplazado en la parte superior es una figura semiesférica achatada por abajo que finaliza en punta en la parte inferior y está atravesada por dos líneas que la seccionan a lo largo y a lo ancho




El conjunto de la derecha presenta también dos figuras, pero estas están situadas una encima de la otra como el segundo conjunto:
El grabado situado debajo, es un círculo cortado en cuatro partes por dos líneas que sobresalen del mismo
La figura superior a esta son cuatro líneas de similar medida grabadas en ángulo y cortadas por dos bisectrices que forman una cruz griega.







Interpretación

Estamos ante un petroglifo cuya temática es la asociación de un motivo escaleriforme con unos motivos circulares cortados por líneas y de un conjunto de ángulos que apuntan hacia un mismo lugar.
Esta asociación puede indicarnos una representación idealizada del culto a los astros, sol - círculo - estrella.
El motivo escaleriforme está justificado en el intento de acercamiento del hombre a los astros, una relación que le proporciona vida, fertilidad y abundancia de alimentos. Mediante los escalones el hombre primitivo, en su simbología, va ascendiendo, tanto física como espiritualmente.
El círculo se asocia a los emblemas solares y por analogía a los lunares, la clara similitud entre el círculo y la forma de ellos permite esta hipótesis además conocemos que dichos astros han sido adorados a lo largo del tiempo. Si estos círculos están asociados a líneas que se cruzan pueden ser la representación esquemática de ídolos sagrados y nos ponen en comunicación con el final de la Edad de Piedra y el comienzo de la Edad de los Metales por las dataciones que nos ofrecen algunos túmulos megalíticos de la zona atlántica en cuyas paredes aparecen símbolos similares.
El círculo cruzado por dos líneas a modo de radios es una clara alusión a la rueda y al avance evolutivo y tecnológico que supone o también puede ser una esquematización de lanzas y de escudo entrelazados, pero nos inclinamos por la primera opción aunque este circulo cruzado por dos líneas también podría ser un símbolo similar al anterior, un sol con rayos lleno de primitivo esquematismo, tanto en el aspecto representativo como en la idea abstracta del grabado.
Algunos círculos cruzados por una línea son fácilmente identificables con vulvas femeninas que se llenan de un simbolismo de fecundidad y abundancia como es el caso de la figura más alta y más representativa.
La ultima figura de ángulos enfrentados y cortados por bisectrices que forman una cruz griega con las cuatro puntas hacia el mismo lugar, puede ser interpretada también como una representación esquemática de un ídolo, pero entendemos que lo que trata de representar es un conjunto de armas, más concretamente flechas o lanzas que se entrelazan para la consecución de un mismo fin. Podría ser una especie de rosa de los vientos que marcara alguna zona de caza restringida o habitual, bien en la zona que nos encontramos o bien en otros lugares donde estas tribus se desplazarían al continuar manteniendo una cultura seminómada.
















Significado

Probablemente este conjunto de petroglifos ocupe un lugar de gran importancia para las gentes que lo idearon y que lo realizaron.
Sería un espacio dedicado al culto donde se rendía algún tributo a las armas y a una elite guerrera.
Otra de las misiones que podría tener este espacio sería la de altar donde practicar ritos y ofrendas a las deidades para obtener la protección de ellos en las guerras, para conseguir mayores frutos de las la tierra, tanto en la incipiente agricultura y ganadería como en la recogida de frutos silvestres.
Por ultimo indicar que estos grabados rupestres denominados petroglifos, cumplirían la función de identificación de un territorio, y por consiguiente de una posesión, bien de un pequeño clan familiar o de una tribu de importancia que tendría intereses sobre esta zona, por lo tanto la ultima utilidad, que nos permite a su vez una datación cronológica, sería la de señal de paso, de límite de un espacio o de marca de propiedad.





Cronología y conclusión

La datación concreta de este petroglifo en un período histórico concreto tiene una parte de elocuencia y otra de análisis, entre ambas podemos lanzar algunas hipótesis.
En esta zona la ocupación más o menos permanente de seres humanos comienza a partir del cuarto milenio antes de Cristo, en un momento en que la utilización del fuego va disminuyendo las masas arbóreas y aumentando los prados y los espacios abiertos. Según los estudios polínicos el polen arbóreo es superado por el no arbóreo alrededor del 2500 a. de C., y como los condicionantes climáticos no han variado, continuamos en un Período Climático Subatlántico, muy alejados de las Glaciaciones Cuaternarias, por lo tanto es el hombre el que altera la cobertura vegetal para implantar una vegetación humanizada donde se desarrollen los cultivos agrícolas, pero también los pastos y matorrales que alimentaran a una cabaña ganadera que unida a los incipientes cultivos le proporcionaran unas nuevas fuentes de energía que se uniran al fuego y esta unión le permitirá evolucionar al tener cubiertas muchas de sus necesidades.
Esta evolución unida al desarrollo de la agricultura y por consiguiente a la posesión de la tierra va a crear una nueva sociedad con especializaciones, en la que unos se van a dedicar al tierra y al cuidado del ganado y otros a la defensa del territorio, creándose una elite de guerreros con un líder que será el jefe, tanto de los guerreros como del resto de la tribu.
Esta evolución llevará al hombre a manifestarse de diferentes maneras, nuevas armas, nuevas cerámicas y nuevas formas de enterramiento.
Entre estas nuevas formas de manifestarse y de ponerse en comunicación con unas deidades nuevas y con unos ritos también nuevos están los petroglifos, en ellos este de Las Calderas en el cual podemos ver varias de estas afirmaciones, ídolos, escaleras que ascienden, soles, elites guerreras que representan sus armas, lugares mágicos claramente reconocibles en el paisaje y una panoplia de simbolismo que irá evolucionando a lo largo del tiempo, aunque este lugar conservará hasta la Revolución Industrial del siglo XIX una continua utilización bien sea como lugar de culto ritual y exotérico en sus comienzos, bien como un simple molino harinero a partir de la Baja Edad Media.

En los Petroglifos de las Calderas se cumplen muchas de las características generales de otros conjuntos de petroglifos situados en las zonas de influencia cultural y política, desde los centros extremeños a los poblados portugueses y gallegos que se sitúan en la zona Atlántica, más cercana al Sistema Central y con una mayor influencia que las alejadas zonas de influencia Mediterránea.
Entre las características que citamos, y que este conjunto rupestre posee, están, la ubicación a media ladera, la cercanía a una corriente de agua, la grabación en rocas al aire libre y en un lugar significado, la temática con motivos simbólicos como el escaleriforme o los círculos y también la posible representación de armas.
No obstante la imposibilidad de asociar en la actualidad yacimientos arqueológicos con estas manifestaciones, dificulta la datación e incluso la veracidad de los mismos, al ser un reciente descubrimiento y no una manifestación conocida desde antiguo, aunque en las cercanías de este conjunto se destaquen dos leyendas, la del Becerro de Oro del Monte de la Garganta y la de la Tumba de Los Tres Robles o de los Moros en Sierra Elvira aspectos estos que lejos de alejarnos de la realidad arqueológica nos unen a ella en los aspectos etnográficos.

En conclusión, los petroglifos de las Calderas es una manifestación simbólica realizada y utilizada por una o varias comunidades que se asientan en estos territorios en una época de transición del Neolítico o edad de la piedra pulimentada a la Edad del Bronce, que en esta zona no se corresponde cronológicamente con otros lugares más avanzados sino que se encuentra en la transición del II milenio al I milenio cuando un nuevo material, el hierro, hará su aparición en un momento de cambio que tiene múltiples manifestaciones una de los cuales son estos grabados en la roca, con ellos estos hombres eran capaces de trasmitir sus sentimientos y en cierta manera podían comunicarse con sus dioses a la vez que afianzaban la posesión del territorio como algo propio y exclusivo de la Tribu o el Clan.
La simbología utilizada, misteriosa y con sentidos ocultos, la unión de los distintos elementos y la realización de los mismos nos ofrece una visión del pasado que nos pone en comunicación con las formas de vida que se produjeron en este pequeño rincón de la Sierra de Gredos en el tránsito de la Edad de Piedra a la Edad de los Metales, en el cambio de una economía cazadora recolectora a una economía agrícola y ganadera, en el momento de trasformación paulatina de una sociedad igualitaria a una sociedad estamentada y también en el instante en el que las fuentes de energia aumentan permitiendo un mayor desarrollo tanto intelectual como simbólico, donde los sentimientos y las acciones comunes van propiciando unos avances en las sociedades que se demuestran en la evolución de los utensilios, en la evolución de los útiles, en la manera de actuar sobre la naturaleza y de comportarse en el seno de estas nuevas sociedades, cada día más avanzadas y evolucionadas, dentro de lo rudimentario que en la actualidad nos puede parecer, pero perfectamente adaptadas a las necesidades y a los problemas que tenían hace unos cinco milenios.


Bibliografía y recursos técnicos

Benito del Rey, B. y Grande del Brío R. 1995. Petroglifos prehistóricos de las Hurdes. Simbolismo e interpretación. Salamanca.

González, Miguel A. y Teijeiro, Beatriz, 2004.Del paleolítico a la Edad del hierro. Prehistoria en el Pico del Castillo, el Gasco, Nuñomoral, las Hurdes. ADEGA SL.

Martín Escorza. C. 2006. Excursión a Domingo García y Santa María la Real de Nieva (Segovia). Arte en las piedras. Sociedad de Amigos del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Madrid.

Ripoll López, S. Y Municio González, L. J.1992.Las representaciones de estilo paleolítico en el conjunto de Domingo García (Segovia). Espacio, Tiempo y Forma. Prehistoria y arqueología. UNED. Madrid.

Peña Santos , A. y Vázquez Varela, J.M. 1992.Los Petroglifos gallegos. Grabados rupestres prehistóricos al aire libre en Galicia. Cuadernos de Sagardelos. A Coruña.

VVAA. Actas de Gredos. UNED. Ávila.

También consultas en Internet, y en manuales de estudio, revistas y artículos varios.


















Las Matas 25 de Octubre de 2006

Jorge Vaquero Andaluz

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